La importancia de este tipo de construcciones radica en su bajo impacto ambiental a lo largo de todo el ciclo de vida de los materiales, desde su origen natural hasta su retorno a la tierra. Estas viviendas están hechas con materiales compostables y no tóxicos, por lo que, al finalizar su vida útil, no dejan residuos contaminantes.
Además, estas construcciones no solo evitan dañar el entorno, sino que lo regeneran: restauran suelos, fomentan la biodiversidad y promueven sistemas urbanos más resilientes.
También ayudan activamente a mitigar el cambio climático. Gracias al uso de materiales vegetales como la paja y la madera —que captaron CO₂ durante su crecimiento—, a techos verdes que siguen absorbiendo carbono, y al diseño bioclimático que reduce hasta en un 60% la necesidad de calefacción, logramos disminuir significativamente la huella de carbono de cada proyecto.
Una construcción sustentable, por tanto, no se limita a usar energías limpias; es una forma de habitar que deja un legado ambiental positivo para las futuras generaciones.
No, no es lo mismo. El adobe es solo una de las muchas técnicas de construcción con barro que existen. En específico, el adobe consiste en fabricar ladrillos de barro mezclado con paja, que se dejan secar al sol y luego se utilizan como bloques para levantar muros.
Construir con barro puede implicar muchas otras técnicas, como el tapial (compactación de tierra en moldajes), el cob (mezcla moldeada directamente en obra), la quincha (entramado con barro), el bahareque, o incluso el uso de estucos de tierra cruda aplicados sobre distintas superficies.
Cada una de estas técnicas tiene características propias y se adapta a distintos contextos. En AYMA no trabajamos con adobe estructural, sino con sistemas modernos que integran tierra como revestimiento y regulador térmico, combinando tradición y tecnología para lograr eficiencia y habitabilidad sin renunciar a la seguridad.
Las casas construidas con tierra no representan un mayor riesgo sísmico si están bien diseñadas y ejecutadas de acuerdo con las normativas estructurales vigentes. En Chile, el MINVU exige estándares rigurosos en términos de resistencia sísmica, y cualquier sistema constructivo —incluido el uso de tierra— debe cumplir con ellos.
En AYMA no utilizamos el barro como sistema estructural, sino como material de revestimiento o inercia térmica, siempre combinado con estructuras de madera armada reforzada, una de las más seguras frente a terremotos. Además, el uso de materiales como fardos de paja o elementos naturales flexibles aporta absorción de movimientos, evitando rigideces que suelen generar daños estructurales.
Cuando se producen colapsos en edificaciones de tierra, casi siempre se deben a malas prácticas: falta de mantención, intervenciones posteriores inadecuadas, errores en el diseño o una ejecución deficiente. Esto puede ocurrir con cualquier tipo de construcción, ya sea de hormigón, albañilería o madera.
Cabe recordar que muchas de las edificaciones más antiguas del mundo están hechas en tierra, y muchas de ellas han resistido terremotos durante siglos sin colapsar, lo que demuestra que la construcción con tierra son seguras.
No. Al contrario de lo que podría pensarse, las construcciones con barro y paja tienen una alta resistencia al fuego, incluso superior a la de sistemas tradicionales como madera a la vista o vulcometal.
Esto se debe principalmente a que los fardos de paja, al estar altamente prensados y densamente compactados, no contienen oxígeno en su interior, lo que impide la propagación de la llama. En este estado, la paja no arde fácilmente. Por el contrario, actúa como un aislante térmico que retrasa el paso del fuego.
Además, cuando la paja está encapsulada entre estructuras de madera y revestida con tierra cruda, como en el sistema RekoPanel de AYMA, su comportamiento ante el fuego mejora aún más. Este sistema ha sido ensayado por IDIEM y cuenta con certificación de resistencia al fuego F60, es decir, resiste más de 60 minutos antes de perder sus propiedades frente a un incendio.
Estos resultados están respaldados por ensayos realizados en Chile y el extranjero. Puedes ver un ejemplo de prueba en el siguiente video: Video ensayo resistencia al fuego – paja prensada
No necesariamente. Las construcciones sustentables bien diseñadas consideran desde su origen la relación armónica con el entorno, minimizando la intervención y adaptándose a las condiciones climáticas del lugar.
En AYMA, al diseñar cada proyecto, integramos estrategias pasivas que previenen problemas como las inundaciones. Esto incluye la elevación del nivel de las viviendas mediante zócalos o fundaciones adecuadas, el uso de aleros según orientación solar y pluvial, y sistemas de drenaje eficientes para la evacuación de aguas lluvias.
Además, en lugar de impermeabilizar completamente el suelo como en urbanizaciones convencionales, nuestros proyectos conservan hasta un 99% de superficie permeable, lo que permite que el agua se infiltre naturalmente, evitando escorrentías y saturación del terreno. Esto transforma las viviendas y barrios en verdaderas “ciudades esponja”, resilientes al cambio climático.
No. Las construcciones con materiales naturales bien diseñadas no presentan un mayor riesgo de plagas.
En primer lugar, la paja que utilizamos no es alimento para insectos, ya que se trata del tallo seco del cereal, sin nutrientes ni humedad. En el caso del PaillePanel, la paja está altamente prensada y compactada, lo que reduce la presencia de oxígeno y elimina las condiciones para el desarrollo de insectos en su interior.
En cuanto a la madera estructural, AYMA emplea maderas secas e impregnadas con productos certificados, lo que asegura su protección contra termitas, hongos e insectos xilófagos. Estas maderas están tratadas según normativas vigentes para asegurar su durabilidad en el tiempo.
El barro o tierra cruda que utilizamos en los estucos tampoco representa un riesgo, ya que no contiene materia orgánica en descomposición que atraiga insectos. Además, en nuestras mezclas de revoques incorporamos un porcentaje de cal, material que actúa como repelente natural de insectos y mejora la resistencia de la mezcla frente a agentes biológicos.
Este tipo de revestimiento, además de ser transpirable y regulador de humedad, favorece un ambiente sano y libre de condensaciones, hongos o plagas.
En resumen, nuestras casas naturales están diseñadas para ser sanas, resistentes y libres de plagas, gracias a la combinación de diseño cuidadoso, materiales nobles y técnicas constructivas probadas.
No. Por el contrario, está comprobado que los sistemas constructivos en tierra cruda y paja prensada son más eficientes térmicamente que muchos materiales tradicionales.
En AYMA diseñamos nuestras viviendas considerando orientación solar, clima local y estrategias pasivas. Utilizamos técnicas como quincha modernizada, PaillePanel y revestimientos de tierra, combinadas con ventanas de madera y termopanel, logrando una envolvente altamente eficiente.
La tierra aporta inercia térmica, absorbiendo calor durante el día y liberándolo de noche, lo que estabiliza naturalmente la temperatura interior.
Nuestros sistemas han sido certificados por IDIEM, con una transmitancia térmica de U = 0,52 W/m²K, superando el rendimiento de muchos sistemas convencionales. Están diseñados para cumplir con la nueva Reglamentación Térmica del MINVU y alcanzar CEV clase entre B y A+, garantizando espacios cálidos, confortables y con bajo consumo energético.
La durabilidad de una casa de barro puede ser igual o superior a la de una construcción tradicional, siempre que esté bien diseñada y ejecutada. De hecho, algunas de las edificaciones más antiguas del mundo están hechas en tierra cruda, y siguen en pie tras siglos de uso y múltiples eventos naturales.
En AYMA aplicamos técnicas modernas de construcción con barro como quincha mejorada y estucos de tierra con cal, integradas a estructuras de madera armada, lo que permite cumplir con todas las exigencias de seguridad y durabilidad.
Para asegurar una larga vida útil, tomamos medidas clave como:
En resumen, una casa construida con técnicas de barro puede durar más de 100 años, si se respeta su sistema constructivo y se realiza un mantenimiento básico.
No necesariamente. Aunque los materiales naturales como la paja y la tierra son económicos, el proceso de construcción requiere mano de obra especializada, más tiempo y un mayor cuidado, lo que puede equilibrar los costos con los de una construcción tradicional. Además, el valor final dependerá de las terminaciones elegidas.
Sin embargo, en el mediano y largo plazo estas viviendas resultan mucho más económicas, gracias a su alto nivel de aislación térmica y eficiencia energética, que reduce entre un 53% y un 80% la demanda de energía para climatización. Esto significa menos gasto en calefacción y refrigeración durante toda la vida útil de la vivienda.
No. Nuestras casas están construidas sobre una estructura de Madera Armada, que cumple con toda la normativa estructural vigente en Chile. La paja se utiliza como aislante y el barro como revestimiento, es decir, ninguno de estos materiales cumple una función estructural, lo que permite validar el diseño con los mismos estándares que una vivienda convencional.
Los municipios evalúan el cumplimiento de la normativa urbana y estructural, no los materiales secundarios. Mientras el cálculo estructural esté correctamente realizado —como ocurre con nuestros proyectos—, no existe impedimento para la obtención de permisos de edificación.
Del mismo modo, los bancos e instituciones financieras consideran la aprobación municipal, la tasación y la regularidad del proyecto para otorgar créditos hipotecarios. Ya hemos gestionado exitosamente créditos y ventas con subsidio habitacional en viviendas construidas con nuestras técnicas sustentables.
En resumen, nuestras casas cuentan con todas las garantías técnicas y legales para ser aprobadas por municipalidades y financiadas por bancos.
Los techos verdes —también llamados cubiertas vegetales— son una solución constructiva eficiente y regenerativa que entrega múltiples beneficios ambientales, térmicos, estructurales y estéticos. Sus principales aportes incluyen:
En AYMA, nuestros Techos Verdes Modulares están diseñados con sustratos naturales livianos que retienen el agua y vegetación de bajo requerimiento hídrico, seleccionada según cada zona climática. Además, al cubrir uno de los puntos críticos de pérdida energética en las viviendas —el techo—, estos sistemas permiten alcanzar altos estándares de eficiencia térmica y un confort superior para quienes habitan los espacios.
No, siempre que se construyan correctamente. Al igual que cualquier otra cubierta, un techo verde debe contar con una buena impermeabilización para evitar filtraciones. En este caso, se utiliza una membrana impermeable especial —generalmente asfáltica— que resiste la humedad constante generada por el sistema de retención de agua.
En los techos verdes diseñados por AYMA, esta membrana va acompañada de una barrera contra raíces y un sistema de drenaje eficiente, que impide que el exceso de agua se acumule sobre la estructura.
Por lo tanto, cuando el sistema está bien diseñado y ejecutado, no hay riesgo de filtraciones. De hecho, un techo verde bien construido protege aún más la cubierta de la vivienda que una solución convencional, ya que amortigua los efectos del clima y alarga su vida útil.
Las piscinas naturales se diferencian de las tradicionales en su forma de purificar el agua y en su relación con el entorno. En lugar de utilizar productos químicos como cloro o alguicidas, las piscinas naturales emplean plantas acuáticas y sistemas biológicos que permiten mantener el agua limpia y equilibrada de forma natural.
Entre sus principales diferencias destacan:
Las piscinas naturales diseñadas por AYMA son una expresión coherente de nuestra visión regenerativa: saludables, armónicas con la naturaleza y estéticamente integradas al entorno.
No. Las plantas de tratamiento ecológico implementadas por AYMA cumplen con todas las normas sanitarias y de higiene ambiental exigidas en Chile, incluyendo la aprobación del Seremi de Salud. Esto garantiza que su instalación y funcionamiento no representan ningún riesgo para la salud de las personas ni para el entorno. Estos sistemas están diseñados para tratar las aguas de manera segura y eficiente, promoviendo un ciclo hídrico más sustentable y autónomo.
No, siempre que reciban la mantención adecuada. Las plantas de tratamiento requieren revisiones periódicas y cuidado técnico, al igual que cualquier otro sistema sanitario. Cuando se mantienen correctamente, no generan olores desagradables ni molestias. Estos sistemas están diseñados para operar de forma silenciosa, sin olores y en armonía con el entorno, permitiendo la reutilización segura del agua y fortaleciendo la autosuficiencia de cada vivienda o comunidad.
En nuestras viviendas no utilizamos pinturas sintéticas. Los colores naturales se logran a través de estucos de terminación hechos con tierra seleccionada, sin necesidad de aplicar productos adicionales. Por ejemplo, el blanco se obtiene a partir de una mezcla de caolín (arcilla blanca) con arena rubia, logrando una estética cálida y natural.
Este tipo de revestimiento no solo evita el uso de químicos que eventualmente terminan en la tierra o en el mar, sino que también permite que los muros respiren, manteniendo condiciones saludables al interior de la vivienda. Además, los estucos de tierra aportan inercia térmica y regulan naturalmente la humedad ambiental, contribuyendo a un confort interior superior y a una vida más sana y sustentable.
En nuestros proyectos utilizamos maderas cuidadosamente seleccionadas con criterios de sustentabilidad y bajo impacto ambiental.
De esta forma, AYMA evita la deforestación, revaloriza recursos existentes y asegura que cada obra sea coherente con una arquitectura regenerativa, responsable con los ecosistemas y culturalmente respetuosa.
La orientación y composición de los muros responden a criterios de diseño bioclimático, que permiten aprovechar las condiciones climáticas del entorno para optimizar el confort térmico interior y reducir el consumo energético.
Este enfoque permite que las casas diseñadas por AYMA mantengan una temperatura confortable durante todo el año, sin necesidad de sistemas activos de climatización, lo que se traduce en un importante ahorro energético y una mejor calidad de vida para sus habitantes.
Nuestras viviendas están diseñadas bajo principios de arquitectura bioclimática, lo que significa que la ubicación, tamaño y cantidad de ventanas responden a criterios de eficiencia térmica y no solo estéticos.
A diferencia de casas tipo mediterráneas —que muchas veces incorporan grandes ventanales sin considerar la orientación solar— en AYMA optimizamos el ingreso de luz y calor solar en invierno, y reducimos pérdidas o ganancias térmicas no deseadas en verano.
Por ejemplo, evitamos ventanas hacia el sur, ya que esa orientación no recibe radiación solar y es la más vulnerable a pérdidas de calor. Hacia el norte y oriente, en cambio, las ventanas se ubican y protegen estratégicamente para aprovechar al máximo el sol sin sobrecalentamiento.
Este enfoque no solo mejora el confort interior, sino que cumple con la nueva Reglamentación Térmica del MINVU que entra en vigor en noviembre de 2025, permitiendo un menor consumo energético y viviendas mucho más eficientes.
Los parrones son una estrategia pasiva de climatización natural que utilizamos en todas nuestras viviendas. Su función principal es permitir el crecimiento de plantas trepadoras de hoja caduca, como parras, que cumplen un rol fundamental en la regulación térmica:
Además de su funcionalidad térmica, los parrones aportan belleza, frescura y biodiversidad al entorno construido, y están alineados con los principios de eficiencia energética exigidos por la nueva Reglamentación Térmica del MINVU.
Encontrarás experiencias reales sobre cómo nuestros proyectos mejoran el confort, la eficiencia y la calidad de vida, junto con el acompañamiento cercano en cada etapa.
Hace 4 años vivimos aquí y cada día confirmamos la mejor decisión: un oasis en Santiago donde todo es natural y nos sumerge en la naturaleza. Cuidamos la casa como a un hijo, con jardín de frutas y verduras para la familia. Gracias, Ayma, por el diseño lleno de buena energía.
Somos felices en nuestra casa sustentable “hippie chic”: tecnologías de primer nivel y nobleza de materiales, maderas recicladas, techos verdes, termopanel de madera. Reutilizamos aguas que riegan el techo; muros de tierra y paja aíslan increíble. Rodeada de verde, los jardines son un lujo que no imaginé, ¡y funciona de verdad!
Me encanta vivir en una casa cómoda y acogedora de materiales naturales, que respira y donde se respetó el entorno en que se construyó, aportando día a día al medio ambiente que la rodea como refugio natural de abejas y aves en techos y jardín, con un mínimo de gasto de agua y energía.
Mi casa de barro, con techo sembrado, late junto al cerro: plantas nativas, mariposas, abejas y pájaros en concierto cada mañana. Paseo entre hierbas y frutales, y el atardecer tiñe los cerros. Me abriga del frío y del calor. Es la más viva, la más mía.
Agradecida por una construcción consciente: termopanel que regala silencio, jardines y rocas que forman un bosque con senderos de paz. El cuidado del paisaje y la estructura enriquece la vida; plantas nativas y fauna nos hacen sentir parte de la naturaleza. Frutales, hierbas y céspedes nobles completan un hogar pleno.
Vivir en una casa Ayma ha sido una grata experiencia: buscábamos mejor aire, lejos del ruido de Santiago, y ganamos aves cantando y un entorno precioso. Nuestra calidad de vida creció y el vínculo con la naturaleza se fortaleció, fomentando un estilo sustentable que queremos heredar a nuestra pequeña hija.
AYMA superó expectativas: casa autosustentable, temperatura estable todo el año y casi sin calefacción, bella y práctica, uniendo nuestros deseos con el sello de Nicole Spencer. El “patio” es un parque: conservaron rocas y nativos y sumaron piscina natural que filtra sin cloro. Es refugio silencioso y vacaciones permanentes.
Desde que llegamos en 2023 disfrutamos sus bondades: materiales nobles y gran luminosidad que acogen cada día y nos conectan con lo natural. La casa respira con nosotros, invita a vivir despacio y a valorar la luz, la madera y el entorno, convirtiendo lo cotidiano en una experiencia serena y amable.